18 de diciembre de 2025
El Índice de Precios Internos al por Mayor mostró en noviembre una variación del 1,6%, evidenciando una aceleración frente a los registros de meses anteriores. Este indicador es seguido de cerca por empresas e industrias debido a su impacto directo sobre los costos de producción, la logística y la formación de precios finales.
La suba mayorista refleja movimientos en distintas categorías de bienes, con incrementos tanto en productos de origen nacional como importados, lo que señala una presión más amplia sobre la cadena productiva.
El aumento del índice estuvo impulsado por incrementos en bienes producidos localmente, especialmente aquellos vinculados a la industria manufacturera, insumos básicos y productos intermedios. Estos bienes son fundamentales para múltiples sectores, desde la construcción y la metalurgia hasta la agroindustria y el comercio.
Por su parte, los productos importados también mostraron subas, influenciadas por variaciones en precios internacionales, costos logísticos y movimientos del tipo de cambio. La combinación de ambos factores refuerza la presión sobre los costos empresariales y limita la capacidad de absorción por parte de las firmas.
Costos de insumos industriales
Precios de materias primas
Logística y transporte
Bienes intermedios y componentes importados
Para muchas industrias, especialmente pymes, el aumento del 1,6% en noviembre se suma a un contexto de demanda débil, dificultades de financiamiento y márgenes cada vez más ajustados. Esto eleva el riesgo de traslado a precios finales o de reducción de niveles de actividad.
Históricamente, la inflación mayorista funciona como un indicador adelantado de la evolución de los precios al consumidor. Cuando los precios al por mayor se aceleran de manera sostenida, aumentan las probabilidades de que parte de ese incremento se traslade al índice minorista en los meses siguientes.
Sin embargo, el traslado no es automático. En contextos de consumo retraído, muchas empresas optan por absorber parte de los aumentos para no perder volumen de ventas. Esta dinámica, aunque contiene la inflación minorista en el corto plazo, afecta la rentabilidad y la capacidad de inversión.
El repunte de la inflación mayorista responde a varios factores combinados:
Ajustes en precios regulados y costos energéticos.
Variaciones en precios internacionales de insumos clave.
Incrementos en costos logísticos y de transporte.
Reacomodamientos de precios tras períodos de relativa estabilidad.
Estos elementos generan una presión estructural que se refleja primero en el índice mayorista antes de impactar en otros niveles de la economía.
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