15 de septiembre de 2025

Industrias

Industrias. Industria textil bajo presión: auge de importaciones y el avance de Shein en el mercado argentino

Un sector en transformación forzada

La industria textil argentina atraviesa un proceso de transformación acelerada que combina factores externos e internos: auge de las compras al exterior, irrupción del fenómeno Shein y debilitamiento del mercado interno. En este escenario, los fabricantes locales luchan por sostener márgenes, conservar empleos y mantener presencia en un mercado que cada vez se abastece más de importados.

Según la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), entre enero y julio de 2025 los argentinos que viajaron al exterior gastaron u$s 2.196 millones en indumentaria, lo que representó un crecimiento del 111% interanual y un 14% por encima del récord histórico de 2017. Este aumento, sumado a la expansión de las compras por el régimen de Puerta a Puerta, desplazó participación de la producción nacional incluso en zonas tradicionalmente vinculadas a la ropa local, como Avellaneda y Once.

Once y Avellaneda: termómetro del cambio

Comerciantes mayoristas de Once y Avellaneda -dos polos tradicionales de la moda argentina- admiten que la proporción de ropa importada en sus locales crece de manera sostenida. Lo que antes era el refugio de la industria nacional hoy se ve transformado en un escaparate de prendas extranjeras, principalmente de origen chino, pero también provenientes de Taiwán y Turquía.

Aunque muchas de esas prendas resultan más caras que las nacionales, el fenómeno responde a la fuerza del fast fashion y al interés de los consumidores por productos que marcan tendencia global. Influencers de tours de compras en Once confirman que los locales mayoristas cambiaron su perfil de oferta: ropa deportiva, de temporada y hasta básica llega cada vez más desde el exterior.


Testimonios desde la producción local

La diseñadora Ailín Bonincontro, creadora de la marca Kitana Oficial, explicó la dificultad de competir en precios: "Este año decidí no hacer bikinis, porque fabricar una cuesta el triple que comprar una de Shein. Para sobrevivir, opté por vender barato, diferenciarme en diseño y apostar al volumen. Sin volumen, no hay trabajo en los talleres y los proveedores no subsisten".

Este ejemplo sintetiza el dilema de cientos de emprendedores: mantener actividad con costos productivos altos frente a un mercado saturado de importados que ofrecen variedad y precios agresivos.

El boom del "puerta a puerta"

Uno de los cambios estructurales que afecta al sector es el crecimiento exponencial del sistema Puerta a Puerta, que permite a los consumidores importar productos directamente desde el exterior, sin intermediarios locales.

Los números hablan por sí solos:

  • En los primeros siete meses de 2025, las compras bajo este régimen sumaron u$s 408 millones, un 258% más que en el mismo período de 2024.

  • Solo en julio, el volumen creció 30% respecto del mes anterior y un 390% interanual.

  • Según la CIAI, este ritmo de crecimiento triplica al de las importaciones por el régimen general.

Este fenómeno genera un acceso directo a marcas y precios internacionales, pero a costa de la cadena productiva local.


Impacto en el empleo y en la producción

La contracara del boom de importaciones es un mercado interno debilitado. De acuerdo al relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas pyme cayeron 2,2% en agosto, mientras que el rubro textil e indumentaria retrocedió 4,3% intermensual desestacionalizado.

Desde la CIAI advierten que la industria de la moda argentina da trabajo a 540.000 familias en todo el país y que cada mes se destruyen alrededor de 1.500 empleos formales. El comunicado de la cámara remarcó:

"La reducción de aranceles, las exenciones al Puerta a Puerta y la flexibilización de controles se implementaron sin un alivio impositivo para la producción local. La cancha está desnivelada: se beneficia al importador y se castiga al productor nacional".

Los cuatro factores que marcan el rumbo

El análisis de la CIAI y de referentes del sector señala que el futuro de la industria textil argentina dependerá de:

  1. Política arancelaria: la reducción de impuestos a la importación debe equilibrarse con una menor presión tributaria sobre la producción local.

  2. Costos laborales y financieros: los márgenes actuales limitan la competitividad y generan cierre de talleres.

  3. Innovación y diseño: los emprendedores que sobreviven lo hacen diferenciándose en creatividad, ya que competir en precio resulta casi imposible frente a Shein o similares.

  4. Regulación del e-commerce internacional: sin reglas claras, el sistema Puerta a Puerta puede profundizar la destrucción del entramado productivo local.

El avance de Shein y de las importaciones en general representa un desafío estructural para la industria textil argentina. Mientras los consumidores celebran el acceso a precios más bajos y variedad de diseños globales, los fabricantes locales enfrentan costos altos, menor demanda y pérdida de empleo.

La discusión central ya no es "importación sí o no", sino cómo generar condiciones competitivas reales para que la industria argentina pueda sostenerse en el mercado interno y, a la vez, conquistar mercados externos.

De no lograrse ese equilibrio, el riesgo es que polos como Avellaneda y Once, que históricamente fueron bastiones de la producción nacional, se conviertan en vitrinas de fast fashion global, dejando a la industria local en un lugar cada vez más marginal.

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