El sector industrial argentino mantiene su tendencia positiva en 2025. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la producción industrial manufacturera creció un 8,5% interanual en abril, lo que representa el cuarto mes consecutivo de expansión para la actividad.

En el acumulado del primer cuatrimestre, el indicador muestra una suba del 4,1% frente al mismo período de 2024, lo que consolida un cambio de ritmo luego de un 2023 signado por la recesión industrial, restricciones de insumos y alta inflación.

Motores del crecimiento

El informe destaca el desempeño positivo de varias ramas clave del entramado manufacturero:

• Industrias alimenticias, impulsadas por exportaciones cárnicas y molienda de oleaginosas.

• Minerales no metálicos, con mayor demanda en el sector de la construcción privada.

• Maquinaria y equipo, en particular maquinaria agrícola y bienes de capital para Vaca Muerta.

• Químicos y caucho, traccionados por agroquímicos, envases y plásticos industriales.

También mostraron señales de recuperación la industria automotriz, textil y la metalmecánica, aunque con disparidades entre segmentos.

Expectativas y advertencias

Desde diversas cámaras empresarias industriales, como UIA, ADIMRA y Cámara Argentina de la Construcción, reconocen que la mejora en los indicadores es relevante, pero advierten que la recuperación es frágil y depende de variables críticas como:

• Estabilidad macroeconómica.

• Acceso a divisas para importar insumos estratégicos.

• Nivel de tasas de interés para el financiamiento productivo.

• Sostenibilidad del mercado interno y la demanda regional.

"La industria está respondiendo con dinamismo, pero necesitamos previsibilidad para sostener la inversión y consolidar empleo de calidad", expresó un directivo del sector metalúrgico consultado por INDUAR.

La mirada sectorial y regional

El crecimiento industrial se refleja de forma heterogénea por región. Las provincias del NOA y NEA destacan por el buen desempeño agroindustrial y de alimentos, mientras que la región Centro y la Patagonia registran impulso por inversiones en energía, minería y bienes intermedios.

A su vez, el avance de la infraestructura logística y los polos tecnológicos en provincias como Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Neuquén ofrecen señales alentadoras para consolidar una matriz productiva más federal y diversificada.