23 de octubre de 2025
Según medios norteamericanos como Politico y Bloomberg, la administración de Donald Trump estudia ampliar significativamente el cupo de importación de carne argentina, en el marco de las nuevas negociaciones comerciales bilaterales.
El incremento llevaría el cupo actual de 20.000 a 80.000 toneladas anuales, lo que implicaría un cambio histórico en la relación comercial entre ambos países. En 2024, Argentina exportó 33.700 toneladas por u$s188 millones, con un arancel del 10% dentro del cupo y 36,4% fuera de él.
Aunque las versiones entusiasmaron al sector exportador argentino, las declaraciones oficiales de la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, generaron dudas. En una entrevista con CNBC, la funcionaria señaló que la cantidad de carne importada "no será mucha" y mencionó -de forma incorrecta- que la Argentina "tiene un problema de fiebre aftosa".
Esa afirmación fue rápidamente desmentida por las autoridades sanitarias argentinas y por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que certifica al país como libre de aftosa con vacunación desde 2001.
Rollins aseguró que su gobierno busca "proteger la industria ganadera local", aunque reconoció que están "en conversaciones con Argentina" y que habrá novedades en los próximos días.
El posible aumento de la cuota generó resistencia entre los productores ganaderos norteamericanos, que temen una caída de los precios internos.
Bill Bullard, director ejecutivo de R-CALF USA, advirtió que "importar más carne de vaca es una curita a corto plazo que puede dañar a largo plazo la industria nacional". Según el dirigente, un mayor ingreso de carne extranjera "aceleraría el desmantelamiento de la cadena de suministro local".
Sin embargo, el propio presidente Donald Trump defendió la medida, señalando que busca "mejorar la competitividad y bajar los precios al consumidor", aunque aclaró que "los productores deben entender que su rentabilidad actual se apoya en los aranceles al ganado extranjero".
En Buenos Aires, el anuncio fue recibido con optimismo. Fuentes del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y de la Cancillería destacaron que un aumento de la cuota sería una "oportunidad relevante para consolidar la presencia argentina en un mercado de alta exigencia sanitaria y gran poder adquisitivo".
El especialista Dardo Chiesa, expresidente del IPCVA, señaló que "la meta de trabajo viene siendo alcanzar entre 50.000 y 70.000 toneladas, lo que ya sería un logro importante".
Por su parte, Fernando Storni, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, consideró que "más allá del volumen final, el anuncio es totalmente positivo, porque genera expectativas y promueve inversión en toda la cadena ganadera".
Una ampliación de la cuota podría impulsar la faena exportadora, aumentar las inversiones en feedlots y mejorar la competitividad de los frigoríficos argentinos, que enfrentan altos costos logísticos y sanitarios.
Además, reforzaría la posición de Argentina como proveedor confiable de carne premium, especialmente en cortes de alto valor, un segmento en el que el país ha ganado presencia en los últimos años.
Sin embargo, los analistas advierten que la política estadounidense podría fluctuar según la coyuntura electoral y la presión del sector agropecuario local.
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