21 de octubre de 2025
El Gobierno nacional oficializó la normalización del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), un paso clave hacia la recomposición del sistema eléctrico argentino tras más de una década de intervención tarifaria. Con esta medida, los precios de la energía comenzarán a reflejar los costos reales de generación, transporte y distribución, marcando el fin de los valores subsidiados que predominaban desde 2011.
La decisión, impulsada por la Secretaría de Energía, busca restablecer señales económicas claras para las empresas generadoras, distribuidoras y comercializadoras, al tiempo que reduce el peso fiscal de los subsidios.
La medida introduce un nuevo esquema de precios estacionales que reconoce los costos reales del gas natural, la energía hidráulica, térmica y renovable, y deja de lado los valores arbitrarios fijados por el Estado.
De este modo, CAMMESA retomará la función de operador de mercado competitivo, limitando su rol como intermediario financiero. Cada generador negociará la energía en función de su costo marginal, lo que permitirá una asignación más eficiente de los recursos y una reducción del déficit del sector eléctrico.
Desde el punto de vista industrial, la reforma apunta a atraer inversiones en generación y transmisión, un factor clave para asegurar el abastecimiento en los próximos años.
El nuevo esquema también implica una revisión integral de los subsidios energéticos, que actualmente representan más del 1,8% del PBI. La política oficial busca que los subsidios sean focalizados en los sectores vulnerables, mientras que los grandes consumidores industriales y comerciales deberán pagar tarifas que reflejen el costo real del suministro.
"El objetivo es construir un mercado eléctrico previsible, transparente y financieramente viable", explicaron desde la Secretaría. Esta estrategia está alineada con los compromisos asumidos por el país ante organismos internacionales y con el proceso de ordenamiento macroeconómico.
De acuerdo con especialistas del sector, la normalización del mercado permitirá:
Recuperar la rentabilidad de las generadoras y promover la inversión privada.
Disminuir los atrasos en los pagos de CAMMESA, mejorando la cadena de pagos del sector.
Reducir la dependencia de importaciones energéticas al incentivar mayor producción local.
Fomentar el desarrollo de energías renovables, que podrán competir en igualdad de condiciones dentro del mercado.
Asimismo, la medida generará un ajuste progresivo en las tarifas, aunque se prevé que los usuarios residenciales de bajos ingresos sigan recibiendo asistencia.
Desde el ámbito empresarial, la decisión fue recibida con cautela pero con optimismo. Las cámaras del sector energético destacaron la importancia de "volver a precios reales" para restaurar la sustentabilidad del sistema eléctrico argentino.
Sin embargo, advirtieron que la transición deberá ser gradual para evitar un impacto excesivo en la demanda y en los costos de producción industrial.
Con la normalización del MEM, el país se acerca a un modelo de mercado más eficiente, similar al vigente en otros países de la región. La iniciativa busca crear condiciones estables para nuevas inversiones en generación térmica, hidráulica y renovable, reduciendo la discrecionalidad estatal y aumentando la previsibilidad del sistema.
La Secretaría de Energía anticipó que en 2026 se completará la implementación plena del esquema, con precios actualizados por costos y contratos a largo plazo con generadores privados.
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