11 de junio de 2025
El Gobierno nacional, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), extendió por 60 días la restricción para el ingreso de carne bovina con hueso plano desde el norte argentino hacia la región patagónica. La medida, que vencía a principios de junio, fue prorrogada mediante la Resolución 591/2024, publicada en el Boletín Oficial.
Esta acción apunta a preservar el estatus sanitario privilegiado que tiene la Patagonia: una zona libre de fiebre aftosa sin vacunación, distinción reconocida por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), y que es estratégica para acceder a mercados internacionales de alto valor.
La suspensión abarca el transporte de carne con hueso plano -especialmente cortes como asado, costilla y vacío- desde la zona "con vacunación" del país hacia provincias que integran la franja patagónica, incluyendo Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
El diferencial sanitario de esta región le permite a la Argentina exportar productos cárnicos a destinos exigentes como Estados Unidos y Japón. Por eso, evitar cualquier riesgo de reintroducción de fiebre aftosa es considerado una prioridad estratégica.
Desde el Senasa explicaron que "la medida es preventiva, ante la necesidad de realizar estudios técnicos complementarios que respalden el tránsito seguro de productos de riesgo entre zonas con distinto estatus sanitario".
Entidades agropecuarias de la región, como la Sociedad Rural del Alto Valle, la Federación de Productores del Sur y el Consorcio Regional de Exportación Patagónica, respaldaron la prórroga. Coinciden en que la bioseguridad de la Patagonia no puede ponerse en riesgo, especialmente ante la posibilidad de brotes en otras regiones del continente sudamericano.
"Defender el estatus sin vacunación es defender mercados, empleos y una estrategia de diferenciación que costó décadas construir", señalaron en un comunicado conjunto. A su vez, destacaron que la industria cárnica patagónica exporta con alto valor agregado y trazabilidad, factores cada vez más valorados en el comercio internacional.
No obstante, la extensión de la suspensión también genera tensiones logísticas y comerciales. Algunos frigoríficos del norte y del centro del país habían comenzado a adaptar sus envíos para abastecer a la región patagónica tras el vencimiento previsto de la primera restricción, dictada en abril.
Asimismo, comerciantes locales advierten sobre dificultades de abastecimiento y aumento de precios en determinados cortes de carne vacuna, debido a la limitación en la oferta proveniente del resto del país. Sin embargo, las autoridades aseguran que la producción patagónica -aunque menor en volumen- puede cubrir la demanda interna con márgenes razonables mientras se mantiene la medida preventiva.
Esta resolución no implica una prohibición absoluta sobre la carne del norte, sino una suspensión específica para productos con hueso plano, que se consideran de mayor riesgo sanitario por su manipulación y contacto con tejido linfático.
Cabe aclarar que la carne deshuesada, los productos cocidos y los subproductos industriales pueden seguir siendo comercializados libremente bajo protocolos ya establecidos, por lo que no hay un cierre total de intercambio entre regiones.
Desde el Gobierno se evalúa, en paralelo, la posibilidad de incorporar nuevas tecnologías de verificación sanitaria, reforzar controles en los puntos de ingreso a la Patagonia, y avanzar hacia un esquema de trazabilidad digital más robusto, que permita en el futuro reabrir el tránsito sin comprometer la bioseguridad.
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