29 de octubre de 2025
La transición energética argentina alcanzó un punto histórico. El domingo 19 de octubre, a las 12:50 horas, el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) registró que el 44,28% de la demanda eléctrica nacional fue abastecida por fuentes renovables, superando ampliamente los promedios históricos y marcando un récord absoluto en generación sustentable.
Según datos de CAMMESA, la generación se distribuyó en 3.495 MW de energía eólica, 2.015 MW solar fotovoltaica, 233 MW hidráulica de baja potencia y 154 MW de bioenergía. En conjunto, las fuentes eólica y solar -conocidas como renovables variables- representaron el 41,4% del total, una cifra sin precedentes para el país.
El registro fue posible gracias a la expansión de los parques eólicos y solares en distintas regiones del país, combinada con condiciones climáticas óptimas de viento y radiación solar.
La jornada coincidió con una demanda moderada, lo que permitió a las fuentes renovables desplazar parcialmente la generación térmica y nuclear, consolidando su participación en el sistema eléctrico.
En términos regionales, la integración "Argentina + Uruguay" alcanzó una generación combinada renovable de 6.061 MW, cubriendo el 41,9% de la demanda conjunta, un dato que destaca el avance de la cooperación energética regional.
De acuerdo con los registros de CAMMESA, al cierre de 2024 la capacidad instalada bajo el régimen de la Ley 27.191 -que promueve las energías renovables- alcanzó 6.670 MW en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
Si bien el promedio anual de cobertura renovable se mantuvo entre el 16% y el 17%, el récord del 44% demuestra el potencial técnico y operativo del sistema para ampliar su participación en la matriz energética.
La Ley 27.191, que reemplazó parcialmente a la 26.190, establece que para el 31 de diciembre de 2025 las fuentes renovables deben cubrir al menos el 20% del consumo eléctrico nacional, una meta que, a la luz de los recientes resultados, parece cada vez más alcanzable.
Si bien el pico alcanzado refleja un logro tecnológico y operativo, los especialistas advierten que la variabilidad de las fuentes renovables requiere una infraestructura de transporte y almacenamiento más robusta para sostener niveles altos de participación a lo largo del año.
El desafío, remarcan, no es solo generar más energía limpia, sino también integrarla de forma eficiente al sistema eléctrico, mediante nuevas líneas de transmisión, baterías de respaldo y mayor digitalización de la red.
El impulso a las renovables también genera impacto industrial y tecnológico, con nuevas oportunidades de desarrollo local en la fabricación de componentes, servicios de mantenimiento, software de monitoreo energético y logística especializada.
La expansión del sector abre la puerta a alianzas público-privadas y financiamiento internacional verde, clave para sostener el ritmo de inversión necesario en la próxima década.
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