2 de septiembre de 2025
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, comunicó que el Tesoro intervendrá directamente en el mercado cambiario. El objetivo oficial es inyectar liquidez y evitar movimientos bruscos del tipo de cambio, en medio de jornadas de fuerte presión sobre el peso.
El impacto fue inmediato: tras el anuncio, el dólar mostró una leve baja y los mercados redujeron parcialmente su volatilidad. El Gobierno busca transmitir una señal de estabilidad en un momento donde los indicadores financieros reflejan desconfianza creciente.
La decisión llega en la antesala de un período electoral clave. Con las legislativas en la Provincia de Buenos Aires y las elecciones generales en octubre, el Ejecutivo intenta proyectar confianza y estabilidad. Aunque se había defendido la idea de un régimen de flotación dentro de las bandas pactadas con el FMI, la intervención marca un giro en la estrategia económica.
Desde el propio Gobierno reconocen que la medida responde a la necesidad de calmar expectativas y frenar posibles escaladas del dólar que podrían tener un costo político significativo.
La intervención del Tesoro abre interrogantes sobre la sostenibilidad del esquema cambiario. Si bien permite reducir la tensión en el corto plazo, analistas advierten que podría implicar un mayor uso de recursos y no resolver los problemas de fondo: inflación elevada, riesgo país alto y necesidad de consolidar reservas.
En este contexto, el desafío del Gobierno será sostener la calma financiera sin debilitar su posición fiscal ni hipotecar su credibilidad de cara a los compromisos externos.
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