25 de junio de 2025
La actividad industrial argentina comenzó a mostrar, desde el segundo trimestre de 2025, señales sostenidas de recuperación. Tras un 2024 signado por ajustes y desaceleración, la mejora de indicadores clave -como producción física, ventas internas y consumo energético- anticipa un nuevo ciclo productivo.
Uso de capacidad instalada: Superó el 65?% en abril, el mayor nivel en los últimos doce meses, especialmente en sectores como alimentos, automotriz, productos químicos y papel.
Producción sectorial: La metalmecánica, los plásticos y la industria textil recuperaron parte de su actividad, con mejoras interanuales de entre 4 y 8?%.
Exportaciones industriales: Bienes con valor agregado crecieron en mercados de Latinoamérica y África, impulsados por la mejora logística y acuerdos sectoriales.
En un contexto de costos altos y financiamiento restringido, las industrias que lograron sostener su nivel de actividad fueron aquellas que apostaron por:
Automatización de procesos: Incorporación de robótica, sensores y plataformas de monitoreo en tiempo real.
Gestión de la eficiencia energética: Optimización del consumo, reconversión de equipamiento y medición de emisiones.
Digitalización de la producción: Uso de software de planificación y control de planta, trazabilidad de insumos y control de calidad por inteligencia artificial.
Algunos rubros muestran mayor impulso relativo, según datos técnicos relevados en cámaras sectoriales y entes estadísticos:
Alimentos y bebidas: Impulsados por el abastecimiento interno y la exportación de lácteos, aceites y harinas.
Autopartes y automotriz: Recuperación gradual, con aumento de las unidades producidas para el mercado local y regional.
Industria del envase y el packaging: Crecimiento vinculado al e-commerce y al rediseño logístico en cadenas de suministro.
Farmacéutica: Mantiene niveles altos de actividad, con inversiones en líneas de producción y laboratorios.
A pesar de las mejoras, la industria enfrenta varios desafíos que condicionan su expansión:
Costo financiero: Tasas reales elevadas limitan el acceso al crédito productivo.
Logística interna: El transporte de cargas y los tiempos de entrega siguen siendo un obstáculo, especialmente para pymes industriales del interior.
Escasez de personal técnico calificado: La reconversión tecnológica demanda perfiles formados en automatización, mantenimiento y análisis de datos.
La industria argentina avanza hacia una etapa de mayor competitividad. La combinación de tecnología, profesionalización y nuevos modelos de gestión permite recuperar capacidad operativa y explorar nuevos mercados. Para sostener esta evolución, será clave profundizar la innovación, mejorar la infraestructura logística y alinear formación técnica con las necesidades reales de los sectores.
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