25 de junio de 2025
El campo argentino atraviesa una campaña de recuperación. Tras la fuerte sequía de 2023, la mejora climática y el acceso a tecnología permitieron una reactivación productiva, especialmente en la zona núcleo y en provincias del centro-norte del país.
Agricultura: Se proyectan más de 130 millones de toneladas entre soja, maíz, trigo, girasol y cebada. El rendimiento por hectárea mostró mejoras notables, especialmente en maíz y trigo.
Ganadería: Mejores condiciones climáticas favorecieron la disponibilidad de pasturas y reservas forrajeras. El sector continúa ajustando su balance entre engorde a corral y extensivo, adaptado a distintas regiones.
Economías regionales: La fruticultura, vitivinicultura, producción tabacalera y hortícola muestran señales de recuperación en volúmenes, aunque con disparidades según zonas.
El transporte de granos y carnes desde las zonas productivas hasta puertos o centros de consumo sigue siendo un factor clave. La infraestructura vial, ferroviaria y energética, en muchos casos limitada, continúa siendo uno de los principales cuellos de botella para el desarrollo del agro.
Caminos rurales: Su estado es dispar en todo el país. Afectan directamente el costo logístico y la conservación de la calidad de la mercadería transportada.
Puertos y acopios: La capacidad instalada responde bien a grandes volúmenes, pero requiere mejoras en eficiencia operativa, conectividad digital y sostenibilidad ambiental.
Tecnología agrícola: Se acelera la adopción de maquinaria de precisión, sensores de rinde, agricultura digital y trazabilidad integrada, especialmente en explotaciones medianas y grandes.
El financiamiento productivo es una variable cada vez más gestionada desde canales privados. Empresas agropecuarias acceden a capital a través de tarjetas rurales, canje de granos por insumos y alianzas con proveedores.
Insumos: Fertilizantes, agroquímicos y repuestos mantienen costos elevados, influenciados por condiciones internacionales y logística interna.
Maquinaria: La reposición de equipos continúa con niveles sostenidos, especialmente en sembradoras, pulverizadoras y tractores de mediana potencia.
El agro argentino continúa diversificándose y profesionalizándose, con foco en la eficiencia y la innovación:
Siembra variable por ambientes: Cada vez más utilizada, mejora el uso de recursos y maximiza el rinde potencial.
Sostenibilidad: Buenas prácticas agrícolas, manejo integrado de plagas y uso racional del agua ganan terreno.
Exportaciones: Argentina mantiene su posición como proveedor confiable de alimentos y proteínas, con fuerte presencia en maíz, harinas, carne y aceites.
El sector agropecuario argentino transita un ciclo de recuperación productiva, con alto nivel de adopción tecnológica y un rol clave en la generación de divisas. Para potenciar su desarrollo, será fundamental seguir invirtiendo en logística, innovación, mecanización y capacitación técnica.
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