El desempeño del comercio minorista PyME en mayo encendió una luz amarilla. Luego de cinco meses consecutivos en terreno positivo, las ventas interanuales mostraron una caída del 2,9%, mientras que en comparación con abril se registró una baja del 0,7% desestacionalizada. Si bien el acumulado de los primeros cinco meses de 2025 aún evidencia un incremento interanual del 11%, los empresarios observan con cautela este cambio de tendencia.

La caída se explica por una combinación de factores estructurales y coyunturales. En primer lugar, el consumo se ha vuelto cada vez más selectivo. Las familias priorizan necesidades básicas, planifican más sus compras y evitan gastos superfluos, afectando directamente a una gran variedad de rubros. Además, el poder adquisitivo real continúa deteriorado, y esto se traduce en menor volumen de ventas en el canal físico.

A su vez, las PyMEs enfrentan presiones crecientes sobre sus márgenes de rentabilidad. Aumentos en los costos de reposición, tarifas de servicios, alquileres y logística dificultan la sostenibilidad de muchos comercios, especialmente los que operan en zonas de alto tránsito comercial. La informalidad y el auge del comercio online -tanto de grandes plataformas como de vendedores informales en redes sociales- profundizan la competencia y reducen las ventas de los canales tradicionales.

Comportamiento por rubros

El relevamiento sectorial arroja disparidades marcadas. Entre los rubros que lograron cerrar mayo con variación positiva, se destacan:

• Perfumería (+5,2%): impulsada por promociones agresivas, programas de fidelización y ventas online.

• Farmacia (+1,5%): traccionada por el consumo de medicamentos de venta libre, productos estacionales y preventivos.

Por otro lado, las mayores caídas interanuales se dieron en:

• Alimentos y bebidas (-7,6%): un dato alarmante, considerando que se trata de un rubro de consumo esencial.

• Ferretería, materiales eléctricos y construcción (-2,6%): reflejo de la desaceleración de la obra privada.

• Indumentaria (-1,6%) y calzado y marroquinería (-0,5%): sectores afectados por la retracción del consumo no esencial y la competencia informal.

El rubro bazar, decoración y muebles mostró una variación nula, lo que evidencia estancamiento en la demanda de bienes para el hogar.

Estrategias y perspectivas

A pesar del escenario desafiante, muchas PyMEs están adoptando estrategias para sostener sus operaciones. Algunas se volcaron con fuerza al canal online, mejorando su presencia en redes y plataformas de venta. Otras optaron por liquidaciones anticipadas para generar liquidez, reforzaron promociones cruzadas o implementaron programas de fidelización de clientes frecuentes. Sin embargo, en general, el comercio pyme está operando con stocks limitados, mínima inversión y alta incertidumbre.

De cara al futuro, el 49,2% de los comerciantes encuestados expresó tener expectativas de una mejora en los próximos 12 meses. No obstante, apenas el 14,4% considera que es un buen momento para invertir. Este desfasaje entre esperanza y acción muestra la necesidad de políticas claras que impulsen la actividad, mejoren el acceso al crédito, reduzcan cargas fiscales y aumenten la previsibilidad económica.

El retroceso de mayo en las ventas minoristas PyME no es aún una tendencia consolidada, pero sí un llamado de atención. Si bien el orden macroeconómico genera expectativas favorables a mediano plazo, el consumo interno sigue siendo el principal motor de las pequeñas y medianas empresas. El desafío para el sector público y privado será garantizar las condiciones para que el comercio vuelva a dinamizarse sin resignar rentabilidad ni formalidad.