En un contexto de creciente disputa por los mercados internacionales, China -el mayor importador mundial de alimentos- publicó su nuevo listado oficial de frutas permitidas para ingresar desde países del hemisferio sur, marcando un criterio sanitario y comercial que impacta directamente en las economías regionales.

El documento, elaborado por la Administración General de Aduanas de China (GACC), define qué productos frescos pueden acceder al gigantesco mercado asiático según su origen. La publicación tiene una fuerte relevancia para los países agroexportadores, que dependen de estos protocolos para abrir, mantener o expandir su participación en el comercio internacional.

El listado actualizado incluye frutas provenientes de nueve países del hemisferio sur: Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Brasil, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y Ecuador. No todos cuentan con el mismo nivel de autorización: mientras algunos tienen acceso para una amplia gama de productos, otros figuran con pocas habilitaciones, lo que limita sus posibilidades comerciales.

Argentina, por ejemplo, solo tiene autorizadas para exportar a China las siguientes frutas:

• Cerezas,

• Limones,

• Peras,

• Manzanas.

En cambio, Chile lidera el ranking con 16 frutas habilitadas, incluyendo uvas, kiwis, duraznos, ciruelas, cerezas, arándanos, nectarinas y más. Le siguen Sudáfrica y Perú, ambos con 12 variedades aprobadas. Esta diferencia refleja una mayor proactividad diplomática, acuerdos sanitarios eficaces y una estrategia exportadora agresiva por parte de estos países.

Una oportunidad pendiente para la Argentina

La brecha entre los países competidores y la Argentina no es menor. Aunque nuestro país tiene una fuerte tradición frutícola y ventajas comparativas en zonas como el Alto Valle o el NOA, el acceso a nuevos mercados depende cada vez más de los acuerdos sanitarios bilaterales, los protocolos fitosanitarios específicos y la capacidad del sector público y privado de trabajar en conjunto.

Según fuentes del sector exportador, existe interés de China en sumar otras frutas argentinas al listado (como arándanos, cerezas del sur y uvas de mesa), pero para que eso ocurra es necesario que el SENASA y la Cancillería aceleren las negociaciones técnicas, con presentaciones rigurosas y cumplimiento de exigencias sanitarias.

Competencia y posicionamiento internacional

El listado chino no solo ordena el ingreso de frutas según origen y tipo, sino que también funciona como una señal clara del posicionamiento internacional de cada país proveedor. En ese sentido, Chile, Perú y Sudáfrica están capitalizando los acuerdos logrados en años recientes para consolidarse como socios confiables, con oferta variada y abastecimiento contraestación.

Para la Argentina, el desafío es doble: por un lado, potenciar la infraestructura sanitaria y logística para asegurar calidad y trazabilidad, y por el otro, desarrollar una política activa de inserción internacional del agro, que no dependa exclusivamente de la carne o los granos. El potencial de las economías regionales frutícolas puede ser clave para el desarrollo federal con impacto real en empleo, divisas y valor agregado.